Mirad en qué casa estuve ayer haciendo una entrevista. La foto es de la entrada del vestidor de la propietaria, Eva, la chica del cuadro. Tiene un armario alucinante, que un día me enseñará y yo os enseñaré a vosotros. Todo el cuarto era de una sensualidad y calidez y suavidad inauditas. Solo entrar, ya apetecía tumbarse (cosa que obviamente no hice porque hubiera causado pésima impresión ya que estaba trabajando, o sea, intentando demostrar al mundo que sirvo para algo más que para hablar de ropa, jugar con mis hijos, hacer reír a mi madre y charlar con mis amigas). Y pensé que hay días en que la sensualidad está muuuuuy lejos de nosotros, y que no hay que dejar que eso ocurra. Y que hay gente que corta ese buen rollo cremoso y tenue y sensual que debería envolvernos siempre. Y que hay otra gente que lo potencia, que se une a nosotros en ese neblina extraña y la mejora, la espesa, la enriquece. Y realmente, estoy convencida de que ese es nuestro medio natural, no habría que abandonarlo nunca.
Feliz jueves, queridos.
"Buen rollo cremoso y tenue y sensual que debería envolvernos siempre"...Me encanta esa definición décontractée de lo que es sensual...o debería...Pero la gente, el entorno se empeña en envolverlo todo con ese horripilante papel de celofán como si tuviéramos que pasarnos media vida en la parte baja de la nevera. Brillos ficticios, conservas que adulteran el producto.
ResponderEliminarLo natural, sí. El artificio, solo en el cielo oscuro en forma de fuegos.
Y si uno/a busca ayuda, que se mire en el espejo tres veces antes de abrir la boca, y si es para decir "Dios estoy horrible" mejor tenerla cerrada y envolverse de "ese buen rollo cremoso, tenue y sensual"...
Uno proyecta...los otros ven...y lo que ven coincide muchas veces con lo que queremos que vean, nos guste o no.
También es cierto que uno de esos gigantescos y horripilantes bolsos como el que vi el otro día puede ayudar a disimular horrores irreparables...
Gilbert... entonces como a mi SI me gustaba el bolso hoy no abro la boca. bstsssssssssss. LUZ
ResponderEliminarjajajaja...no me refería al yunque de tela...me refería al que vi yo por la tarde a una mujer de poca iluminación sobre lo que es el buen gusto, supongo que obnubilada por toda la potencialidad viagresca de su visa oro...
ResponderEliminarpero no merece la pena que dejes de abrir la boca por un bolso que te guste...yo prometo cerrar la mía sobre el particular. kiss
El yunque de lona y piel no es bello pero es practiquísimo (que conste que no tengo ninguno, aunque a lo mejor me regalo uno en rebajas, además los hay de colores)... No todo ha de ser Prada!!! BESITOS (hoy abro la boca y te lo digo con vocales).
ResponderEliminar...Por cierto nadie ha comentado nada sobre el cuello :( de zorro... LUZ
Luz, si fuera de Prada, de Ferragamo, de Lancel, de Vuitton...como de B.A.B.A.A. (bolsos anodinos buscan armario adoptivo) me parecería igual de horrible. No es ni un tema de marcas ni de dinero de lo que hablo. Es de un tema puramente estético, que responde a una percepción personal y que no pretende ser en ningún caso dogmática. Si hablamos de temas prácticos, al igual que bolsos enormes que saben aunar placer estético, elegancia en las formas y calidad en los materiales también hay maletas que siguen los mismos criterios. Y a contrario sensu también maletones igual prácticos pero estéticamente horrorosos.
ResponderEliminarEs solo eso, una percepción personal. Y te diré que ese bolso al que me refería, tan espantoso o más que el de LargoCampo, era de una de esas marcas hors catégorie...
Besosss
OK. Espero foto del bolso feo!!! Buen finde a tod@s. Luz
ResponderEliminarHablas de lo sensual, es decir, de los sentidos, de las sensaciones. En realidad es lo mismo.
ResponderEliminarSin embargo el sentimiento que estaba por debajo no era otra cosa que la seducción. Ahh, Milena seducida por la casa de la chica de la foto.
Es seguro que me hubiera pasado lo mismo, porque como a tí me encanta ser seducido tanto como ser yo quien seduzca.
Tú no escribes de otra cosa.
Besos
Soldner! Cuántos días!
EliminarSí, tienes razón, supongo que no escribo de otra cosa y que no he hecho otra cosa en la vida. Pero ahora ya soy una viejecita y me he vuelto súper intransigente, se acabaron los aficionados, solo profesionales. Como tú.
Un beso.