Lo de que las mujeres somos complicadas, incomprensibles, misteriosas, cambiantes, etc, es una leyenda urbana. Creo que es algo que se inventaron los tíos para no darnos lo que necesitamos: hacer ver que no lo entienden. Anyway, como hoy es sábado y estoy de buen humor porque por fin voy a salir a la calle con mi tabardo nuevo (la perfección absoluta y me costo dos pesetas, el lunes os lo enseño), os voy a dar la solución. Las mujeres queremos:
-O bien, el alma de esta fotografía de un anuncio de Burberry de los años 60. O sea: su hombro, su nariz, su cara de hombre de verdad (un hombre al que el primer golpe de viento no tirará al suelo), el jersey de pico, la chaqueta de tweed, la corbata discreta (el hombre que no sabe que una corbata es una soga y que mejor llevarla discreta, es que no sabe nada), la gabardina por encima de nuestras cabezas y su rostro vuelvo hacia nosotras (eso es muy importante). Y la sombría campiña inglesa, el cielo proceloso y el perro pastor observando algo. Y la intimidad.
-O bien, el diamante Taylor-Burton. (En la foto, el diamante expuesto en el escaparate de la tienda Cartier de Nueva York, donde estuvo unos días, antes de que Richard Burton lo fuese a recoger).
No es tan difícil, ¿no?
Bueno, me voy al zoo.
Feliz fin de semana.
Magnífico. Te contestaré.
ResponderEliminarEl alma de esa fotografía la encuentro en una canción de Gainsbourg que siempre me tuvo prisionero, y me retiene.
ResponderEliminarComo una foto en blanco y negro que es todo color.
Milena... ¿¿Y no podrían ser las dos cosas???. Yo sé lo que no quiero... Y si me preguntas que qué es lo que prefiero te diría que quiero un hombre de verdad y para siempre... el brillante la ya tengo (más pequeño, claro, pero brilla como una estrella). Besito de bona nit para ti y para tus dos soles. Luz
ResponderEliminarNostalgia del macho, de eso has escrito. Nostalgia de la claridad: dime quien eres para que yo sepa quien soy (Bruckner).
ResponderEliminarA esto lleva el intercambio de papeles: complicación, confusión, a no saber qué espacio te corresponde; pero para hombres y mujeres por igual.
Menos mal que nos seguimos necesitando, aunque cada día quedamos menos referencias claras.
Hola Gilbert:
ResponderEliminar¿Qué canción?
Besos.
Hola Luz, guapa:
ResponderEliminar¿No te parece increíble que estemos volviendo a hablar de "hombres de verdad"?
Si tienes suerte, sí que puedes conseguir ambas cosas, pero lo de "para siempre" me parece más peliagudo... Aunque como cada vez nos queda menos "siempre", tal vez al final lo consigamos...
Un beso grande.
Querido Soldner:
ResponderEliminarEs como si el hecho de que la mujer lograse la libertad (o sea, empezase a ganar su propia pasta y a decidir con quién se acostaba) hubiese hecho que los hombres renunciasen automáticamente a su rol. Y hay que ser imbécil para decidir dejar de ser el rey de la selva. Pero también tiene que ver con la educación, se nos educa a todos para ser niños descerebrados el mayor tiempo posible.
Un beso.
Pues sí Milena, sí... siempre lo mismo. Y a mi ya me queda poco "siempre", aisssssssss que ya paso de los 50!!!. Ah! Yo tampoco sé a qué canción se refiere Gilbert, a ver si lo comparte. Besito y buen lunes. Luz
ResponderEliminarLa canción es "Je t'aime moi non plus". Sí, lo sé, es más conocida por los gemidos de la Birkin, por la época, etc...pero uno debe fijarse en la melodía, y en los arreglos. Si uno centra su atención en el inicio del arreglo de cuerda descubrirá una canción más extraordinaria de lo que en realidad parece. Esa melodía de cuerda envuelve.
ResponderEliminarUna amiga que estudiaba la carrera de piano, hace muchos muchos años, me dijo tras asistir con ella a un concierto de las Cuatro Estaciones en la iglesia de Sarriá: "¿ te has fijado en el adagio del otoño? La melodía del clavicémbalo es fabulosa."
Me quedé con eso, luego en casa cogí el vinilo, y escuché ese movimiento focalizando la atención en ese instrumento. Fue todo un descubrimiento.
Probadlo con ese adagio, con "Je t'aime moi non plus"...tan imprescindible como la intimidad que sugiere...aunque todo es cuestión de gustos, claro.
Hola Gilbert:
ResponderEliminarY yo que pensaba que era simplemente una canción simpática sobre dos que follaban...
Un beso grande.
Sería trágico que no fuera así... No sólo ellos, sino los miles que fantasearon/amaron/copularon/follaron/jodieron/simularon/ con ella ( la canción, la birkin o ambas cosas )
ResponderEliminarKiss