martes, 11 de octubre de 2011
I looooove my Quoddys (segunda parte)
Cuando algo (o alguien) te sigue gustando después de haberlo descartado hace más de seis meses, es que hay que replantearse la cuestión, digan lo que digan los que siempre dicen cosas. Eso me ha ocurrido a mí con las Quoddys, esos zapatos que os enseñé hace muuuuuucho tiempo y que casi todo el mundo coincidió en que eran espantosos. Pues no, son maravillosos. En serio. Me los compré ayer y estoy loca de amor. Sí, tal vez no sean los zapatos más sexys del mundo. Tal vez sean un poco "rústicos", por decirlo de algún modo. Pero son de un azul marino (mi color favorito) maravilloso, con un toque de magenta si se ponen al sol. Son comodísimos: tienen una suela como abombada, con la que seguramente me romperé la crisma, pero que es gustosa, me siento como una astronauta. Y dicen que están hechos a mano (y las desiguales puntadas hacen que me lo crea y que me imagine a un viejecito, tipo Gepetto, con gafas redonditas en la punta de la nariz, haciendo mis zapatos). Y son un poco hippys (como yo, aunque todo el mundo se muera de risa cuando lo digo) y super cools (¿sabéis esas prendas que en cuanto te las pones te hacen sentir más guay? Pues eso). Y tienen hebilla (detesto la cremalleras pero me encantan las hebillas) y lo más importante (también con las personas): tengo la sensación de que me van a llevar al sol y al mar y al Cadaqués de mi infancia. ¿Qué más se puede pedir de unos zapatos? ¿Eh?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Querida Milena,
ResponderEliminarA mí me gustan y más me gustarían en color ciervo o visón. Son un poco de Pocahontas urbana, ¿no? La piragua me gusta por eso (porque me creo Pocahontas); el bolso de ante que es igual que el tuyo también, porque aunque ande por Rambla Cataluña me parece que soy Cervatilla pisando suave entre la hierba; ¿y los zuecos? ¿No tienen algo también, como tus zapatos, imposible de explicar y de defender pero de lo que no te puedes desprender? Son el cloc-cloc hacia la infancia de mar y capazos y gentes con el pelo demasiado largo con gafitas redondas y ridículas, sin maquillaje. Campos de flores en las camisas y hombres con pantalones campana. Si no paro voy a tener que ponerme el chupete.
Un beso enorme y feliz martes!
Clarita:
ResponderEliminar¿Tú recuerdas los pantalones campana? ¡No puede ser! No habías nacido. Ah, y: ¡VADE RETRO ZUECOS!!!!!!! Por mí no pasaréis. De todos modos, por las calles de Cadaqués con zuecos, te matas seguro.
Besos.
Preciosas las Quoddys!!!...y te quedarán muy bien con la parca azul marino. Yo si me acuerdo y llevé los pantalones de "pata de elefante" jejej... Rompí todas las fotos, claro. Carrocilla que es una. Besossssss. Luz.
ResponderEliminar¡Oh, Luz! ¿De verdad te gustan? ¡Qué bien! ¿Y por qué rompiste las fotos? Seguro que eran geniales. Entonces también deberíamos romper muchas de los años 80. ¿No?
ResponderEliminarBesos.
Maravilloso el verde del sofá de fondo, y el ramo de flores, tan campestre.
ResponderEliminarLos zapatos me parecen feísimos, pero tus argumentos son irrefutables, así que sólo puedo decirte que los disfrutes mucho.
Besos,
P.
Hola P.:
ResponderEliminarMe ha encantado tu comentario! Muy poca gente me dice que algo que me gusta les parece feísimo! Pues sí, a veces nos gustan cosas feísimas, es así. Menos mal que has salvado el sofá y las flores! Besos.
Hola: coincido con anónimo, las fotografías de los objetos que nos muestras, en los rincones de tu casa, son preciosas. Las sillas, las librerías, los cuadros, las lámparas...etc. ¿Cómo se compagina el espíritu hippy y un gusto tan elevado?
ResponderEliminarHola anónimo:
ResponderEliminarMe gustan las cosas bonitas, me hacen feliz. Me considero un poco hippy porque vengo de una familia muy liberal, porque nunca he sentido la necesidad de casarme, porque no pertenezco a ningún clan, porque la libertad es uno de mis objetivos permanentes. Y porque durante mi infancia, los hippys de Cadaqués eran las personas más guapas del pueblo y me fascinaban.
Un beso.
Te voy a dar la web de una pareja encantadora que conocí este verano con sus dos hijas ( también dicen ser hippys ).
ResponderEliminarwww. roulotte-papillote. Seguro que te gustarán.
Beeeeeeeej! No, no, no, no, no. Son horripilantes. No es en absoluto mi estilo. Para nada. No, no, no, no, no y no. No van por ahí los tiros. ¡Qué horror!
ResponderEliminarUn beso.
Pues a mi me encantan. Suele pasarme con los zapatos, como más feos y raros son, más me gsutan. Qué los disfrutes muuucho!!!!
ResponderEliminarComo tú y yo tenemos edades muy diferentes, el concepto de hippy también lo es. En mi juventud ésos eran los hippys. Un saludo
ResponderEliminarPues a mí me gustan. Será porque me da la impresión que puedo salir corriendo con ellos, en silencio...
ResponderEliminar...inalcanzable.
Hola Campanilla:
ResponderEliminar¡Pues qué bien!
Gracias y un beso.
Hola anónimo:
ResponderEliminarTienes razón, esos son hippys de verdad, yo, desde luego, no.
Un abrazo.
Es que son monísimos, Gil.
ResponderEliminarBesos.
En efecto son horrorosos. Y yo desde luego no te llevo al sol y al mar con ellos puestos.
ResponderEliminar¡Oooooooooooooooooooooooooh!
ResponderEliminarTouché. Aunque mucho mejor descalza. Donde va a parar!
ResponderEliminar¡Ves como seguimos llevando espada!
ResponderEliminarBuenas noches.
Claro; pero esas nunca han necesitado capa.
ResponderEliminarSe merecen una terraza, una silla de jardín, un columpio...se merecen no sólo caminar, sino despegar del suelo...y si encima son todo lo cómodos que se intuye, seguro que los pies sonríen...los pies...los grandes olvidados...
ResponderEliminarme fascinan los zapatos de mujer que veo...y muchas veces me pregunto cómo lo hacen para mantener el equilibrio sobre algunos de ellos, no romperse tobillos, no distenderse ligamentos...un post sobre eso please...un día...
No he soñado nunca caminar con zapatos de mujer...eso quiere decir que mi subconsciente sabe perfectamente que sería incapaz de mantenerme en pie un segundo con ellos...
Afortunadamente el zapato de hombre ha mejorado mucho desde hace años...Uno puede seguir encontrando aberraciones...pero hay maravillas que aúnan comodidad con diseño...el otro día me quedé delante de un escaparate - mi escaparate, porque es mío, it is my precioussss - viendo unos...era domingo...hoy es festivo...¿me quedaré con ellos?
who knows...
Good morning Gil:
ResponderEliminarA mí me encantan los zapatos de tacón, pero el día en que te bajas de ellos, es difícil volverse a subir...en eso estoy. Y me encantan los zapatos de hombre. Ya me contarás.
Un beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar