domingo, 5 de junio de 2011

Las prendas repele hombres




El otro día descubrí estos zapatos. Me entusiasmaron. Están hechos en Maine, a mano y tienen el punto hippy, bohemio y snob por el que siento debilidad. Además, me dije que me los podría poner con todo, incluso con vestidos y minifaldas, y en cualquier ocasión, incluso para las reuniones de trabajo (os juro que no me había fumado las peonias que compro cada semana, en aquel momento lo creía sinceramente...). Incluso empecé a pensar en la posibililidad de comprármelos en todos los colores ya que estaba claro que me iban a ser utilísimos. Por la noche, fui a cenar a casa de unos amigos y, no sé por qué, se me ocurrió entrar en la página web y enseñarles los zapatos. El primero se quedó sin palabras y me miró con ojos espantados sin saber qué decir, el segundo (mayor que el primero y con el que tengo más confianza, entre otras muchas cosas, tenemos un hijo extraordinario en común) dijo: "Mile, estos zapatos no tienen pase." Y entonces entendí que:
 1. Tenían razón. 2. Estos zapatos entraban en la categoría de prendas repele hombres (hay una neoyorquina que tiene un blog entero dedicado a ello: "The Man Repeller"). Esas prendas que a algunas chicas nos pueden hacer gracia e incluso encantar pero que a los hombres les repelen. Como estos zapatos, por ejemplo. O las botas Ugg, los ponchos, los zuecos, los petos o los "boyfriend jeans". Y también, después de hacer un sondeo entre mis amigos masculinos: cualquier prenda o calzado de inspiración étnica, los tangas, las medias calcetín y los sujetadores con relleno o con tirantes de plástico transparente, entre otras cosas. Total: no me compré los zapatos, claro, y desde ese día solo llevo tacones.  Bueno, me tengo que ir, he quedado con mis amigas para hacer una lista de prendas repele mujeres, y ahora, por culpa de los zapatos (y para no romperme la crisma), tardo el doble en llegar a los sitios.
Feliz semana, queridos.

8 comentarios:

  1. Hola Milena, ahora que estamos interligados virtualmente te mando un saludo, y desde mi ignorancia en temas de moda, sólo decir que unos tacones bien llevados resultan muy atractivos.

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  2. Digamos que soy hombre. Digamos que no soy amigo. Digamos que soy mi-connu (medio conocido). Digamos que la prenda que enaltece o condena son los zapatos (lo escribí no hace mucho por estas paredes que forran el vestidor virtual de Mile). Digamos que veo estas cuatro fotos. Concluyo:

    1 - Me encantan estos zapatos, luego te diré por qué.
    2 - Odio el color blanco en los zapatos, en estos y en todos (no hace falta que insista).

    ¿Cómo es posible que no me repelan?

    1 - Porque siendo hombre sé que soy diferente (no mejor, ni peor, simplemente diferente).
    2 - Porque cuando el descubrimiento implica entusiasmo inicial, hay que fiarse de ese entusiasmo natural, nada contaminado, casi infantil.
    3 - Porque todo en estos zapatos apelan a tu niñez y adolescencia, a épocas de saltos, de brincos, de lecturas perdidas en paisajes donde no ser encontrado.
    4 - Porque dan ganas de ponérselos y comerse el mundo ( y no dejarse los dientes en los bordillos de las aceras con según qué taconazos...que los taconazos son para que la lleven a una en coche con un buen chófer - ejem, no hace falta matizar el adjetivo - y la dejen en el lugar adecuado ).

    Y lo más importante: porque te gustaron en cuanto los viste e imaginaste una vida con ellos.

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  3. ... y quizás, sentado en una terraza junto a una cañita, mientras en el iPod Henri Salvador me canta su "Itinéraire", viéndote (viéndola) pasear, me parecerían deliciosas ...

    *apunte masculino: Me gusta lo del "Man Repeller": pero a mi lo que me ocurre, es que tiene que ver más con el "Quién" que con el "Qué"

    Un Beso

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  4. Querido Victor: tienes razón, unos tacones bien llevados es lo más bonito que hay, solo hay que practicar un poco...

    Querido Gil: ¿No te gustan los zapatos blancos? ¿Por qué? A mí sí, creo que voy a hacer una entrada sobre ellos, es todo un tema.

    Querido Pep: ¡Qué ilusión! Sí, el "quién" es más importante que el "qué". ¿Pero no crees que Carolina lleva los tacones mejor que nadie?

    Besos, besos y besos.

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  5. No me gustan los zapatos blancos...tampoco el merengue...ni la nata...sólo me gusta la nieve y el blanco en alguna camisa...La verdad no sé por qué...quizás porque la pureza de un zapato blanco es tan volátil como doloroso es el torpe pisotón que lo mancha...pero espero esa entrada tuya que me haga ver lo que no soy capaz de ver...a veces lo bello es secreto y sólo hace falta que alguien nos quite la venda...;-)

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  6. Hola Gil:
    Yo era anti blanco hasta hace muy poco. La semana próxima hablaré de eso.
    Besos.

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  7. Hola Milena, tengo esos zapatos, Quoddy, los amo, con calcetines gordos y vaqueros pitillo, ha sido mi calzado de todo el invierno, besosss. Sofia.
    *Besos a Héctor en su cumple!

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  8. Hola Sofia:
    ¡Qué ilusión! Por fin alguien que me comprende... ¿Sabes? Cuando se los enseñé a Juan, dijo: "Son bastante feos, pero si los llevara con gracia alguien como Sofi o como tú, tal vez colarían..."
    Un beso, gracias por acordarte de Héctor.

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