miércoles, 18 de mayo de 2011
Vendrá la muerte y llevará este vestido
Nunca he creído que la moda fuese arte. Mi madre siempre dice que el arte es lo que a uno le emociona y yo nunca he llorado ante una prenda de ropa, por muy bien cortada que esté. He caído en éxtasis, he sentido amor verdadero, sí, pero la emoción (la mezcla de ganas de llorar y de ganas de vomitar) ante el Partenón o el Crepúsculo de Miguel Angel es otra cosa. Pues bueno, ayer recibí el alucinante catálogo (compradlo ahora mismo, se llama Alexander Mcqueen: savage beauty, fliparéis) de la exposición de Alexander Mcqueen en el Met (quiero irme a Nueva York YA, de hecho siempre quiero irme a Nueva York YA, me pasa lo mismo con Londres y con París, hay algunos sitios en los que uno siempre quiere estar, y más o menos está. Es una suerte) y no estoy segura de que esto no sea arte. Y vi esta imagen y pensé en la muerte (si viene la muerte y tiene tus ojos, seguro que lleva este vestido. Nunca he visto nada tan bonito, tan hondo), y había otras que me hicieron pensar en el poder, en el amor, en la soledad, en la ligereza, en la fuerza, en la grandeza, en el sexo, en la sangre que corre por debajo de nuestra piel. Y por un momento, dejé de oír los gritos de mis hijos jugando y reclamándome, y por un momento, incluso se me pasaron las ganas de comprar ropa, que ya es decir.
Feliz miércoles, queridos.
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Confieso que yo sí he llorado delante de un escaparate... Pero fuera de aquí, lo negaré.
ResponderEliminarLa representación de la muerte suele causar escalofrío, casi siempre. No simpatizamos con la imagen de los harapos negros y la guadaña. Pero esta es toda una Señora Muerte, que sin renunciar al negro exhibe manos blancas y carnosas en vez de carpos, metacarpos y falanges desnudos, y esa frondosidad que no provoca rechazo, que hipnotiza, que atrae, que envuelve, como si uno desease dejarse abrazar por ella.
ResponderEliminarLa idea del adiós cobra forma de abrazo, de sueño eterno, cálido e infinito.
A mí me emociona esta pieza de ropa, no por lo que es, sino por lo que es capaz de crear en el imaginario individual o colectivo gracias a las percepciones y sensaciones de quienes la contemplan. Y esa idea, esa imagen, ese cálido escalofrío transforman en arte lo que por sí solo no es más que un objeto...pero ¿acaso no hablamos de lo mismo?
Hola Supernova Olga: ¿De verdad? ¿Cuándo? ¿Cómo? Cuenta! Cuenta!
ResponderEliminarHola Gil: ¿Sabes? Para las fotos del catálogo utilizaron modelos de carne y hueso y luego las retocaron para que parecieran maniquíes, lo cual las hace rarísimas y fascinantes. Es una libro extraordinario.
Besos.
Sensacional...son híbridos, ergo son mezcla de bien original y de mal asumido, o sea, ángeles y demonios, belleza y horror, falsedad y verdad, blanco y negro...Qué maravilla!
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