martes, 13 de diciembre de 2011
Los ojos de Steve
Hay un escaparate de Paseo de Gracia por el que últimamente paso casi a diario. No era un tramo que yo frecuentase demasiado, pero un día, por azar, por aburrimiento, o porque era mi destino (yes, yes), lo recorrí. Me detuve delante de los rutilantes escaparates de una famosa joyería, y, de repente, mientras los observaba, oí como el anillo de la foto me llamaba: "Milenaaaa, Milenaaaaaaaaa". ¡A mí! Yo, que no soy de joyas grandes, que no soy de joyas, que en la vida me he comprado una joya de verdad, que siempre he preferido irme de viaje con mis hijos, que solo llevo joyas heredadas, quedé petrificada ante aquel topacio azul. Un azul que solo he visto en el mar de Cadaqués cuando amenaza tormenta y en los ojos de Steve McQueen. Un azul tenebroso y profundo, como debe ser el azul, y como deben ser los ojos de los hombres. Y ahora lo quiero. Quiero llevar los ojos de Steve McQueen y el proceloso mar de Cadaqués en el dedo, para mirarlos cuando me sienta sola, para sumergirme en ellos cuando esté aburrida. Quiero lanzar maleficios a los malvados con mi anillo (un anillo de este precio seguro que tiene poderes). Quiero perderlo y poner toda la casa patas arriba con mis hijos para encontrarlo. Y quiero regalárselo a mí hermosa y adorada hija en mi lecho de muerte. ¡Uuuuups!, pero si no tengo hija. Bueno, poco a poco. Primero el anillo.
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Después de la descripción, ¿Quién puede no desear el anillo? ¿Y mientras esperamos el día de reyes - o por si acaso-, vamos a Cadaqués?
ResponderEliminarGenial Milena, me ha encantado. Por un momento me he asustado pensando que ibas a hablar de Steve Jobs.
ResponderEliminarBesos,
Cecilia
Bueno, me imagino bien a uno de tus dos dos hijos recibiendo el anillo en tu lecho de muerte, y llevándolo para siempre (incluso, turnándoselo entre ellos). Pues a por él, ¿no? Un beso, A.
ResponderEliminarYo tengo ojos verdes, y aunque valen mucho no pueden compararse con el azul de los ojos de steve. Si su mirada azul se hubiese cruzado con mi mirada verde él habría salvado la cabeza y yo habría perdido la mía.
ResponderEliminarSí. Primero el anillo, " "Un anillo para gobernarlos a todos, un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos" (los hombres que merecen la pena).
¡Oh, Mantis! ¡Qué alegría!
ResponderEliminarUn beso inmenso.
Milena, como yo no he heredé ninguna joya, sí que tuve una época, sobre los treinta y pico años, en la que me autoregalé alguna (de poca monta, claro, y a plazos). Ahora con 52 años también prefiero los buenos restaurantes o un viaje con mis hijos -pues ya tengo más anillos que dedos!!!-. Pero ese anillo es precioso. Los ojos de Steve también... y tú una joya, para leerte!!
ResponderEliminarP.e. como yo tampoco tengo hija... (tengo dos hijos maravillosos) ya los tengo asignados a dos amigas mías (ellas ya lo saben y mis hijos tambien pués no quiero que mis futuras nueras - uissssssssss- se peleen por unos cuantos anillitos. Besitos mil. Na nit
Me encanta lo de "quiero perderlo y poner toda la casa patas arriba...". Dice mucho. Buenissimo.
ResponderEliminarSi no te decides a tener hijas deberás tener, al menos, servicio. Para que cuando lejos, lejos, estés en tu lecho de muerte, les hagas pasar para despedirte.
Que esas cosas les gustan mucho (Azcona).
Besos
Hola Teresa:
ResponderEliminarSí, ¡vamos a Cadaqués!
Molts petons.
Ostras, Cecilia! Claro, Steve ahora es Steve Jobs, no Steve McQueen! Qué horror el siglo XXI! Besos.
ResponderEliminarHola Andrés:
ResponderEliminarVoy a empezar una hucha para el anillo... La pondré a la entrada de casa, a ver si cada persona que entra me echa algo...
Un beso.
Hola Luz:
ResponderEliminarMuchas gracias. ¿Ya tienes asignadas tus joyas? ¡Qué locura! Tal vez yo también debería empezar un testamento. No sé cómo voy a sobrevivir a otra Navidad.
Muchos besos, guapa.
Hola Soldner:
ResponderEliminarIncluso sabes quién era Azcona...
Un beso.
querida milena, es que este siglo xxi (no merece ni mayúsculas) tiene poco de reina y mucho de job, job, job... así nos van las cosas
ResponderEliminarcontribuiré gustosa a tu hucha
besos
ro
Hola: Yo tampoco heredé joyas, pero tuve la oportunidad de comprarlas en otra época de mi vida y lucirlas (era lo que me gustaba).Hoy siguen siendo bonitas pero están guardadas hasta encontrarles otro destino.¡ Qué pena!.Bss
ResponderEliminarQuerida Milena, quisiera añadir al post que Steve McQueen era posiblemente homosexual.
ResponderEliminarSupongo que en algún aspecto esto te da lo mismo pero en otros no. A mí me da igual en todos.
Quizá la noticia no te hará cambiar de referente homo erectus y harás bien. Pero piensa en lo que pasaba por la cabeza del personaje cuando decía palabras de amooor.
No somos nadie. Besos, Soldner
Soldner, eres monísimo. Un secreto: Steve McQueen me trae sin cuidado, el anillo me gusta tanto porque combina con mis ojos.
ResponderEliminarUn beso.