martes, 12 de febrero de 2013

¿Nos hemos convertido en unas pesadas?


El otro día, después de comer -y beber-, el padre de una de mis mejores amigas, me dijo que yo le caía muy bien por esto y por aquello, y que se alegraba mucho de mi amistad con su hija, y bla, bla, bla, y, al final, añadió: "Y, además, no pareces una mujer pesada." Como si esto último fuese lo definitivo, lo más excepcional de todo. Y pensé: ¡Caramba! Yo que me quejo tanto de los tíos blandos. Llenos de tatuajes por fuera, pero sin ninguna marca auténtica por dentro. Llenos de dudas existenciales. Que no han entendido que el feminismo no consiste en que pague ella el café, sino en que pueda pagarlo. Que no han entendido que, en realidad, nos importa un pito que un tío cocine o tenga un huerto de tomates biológicos o haga otras tonterías por el estilo, que lo único, único, único, que nos importa es que se sepa tirar de cabeza, aunque se la rompa, etc. Pues pensé: ¡Caramba! (Una de mis palabras favoritas, la pienso muy a menudo), igual hemos estado tan preocupadas con los tíos blandos, que no nos hemos dado cuenta de que nos hemos vuelto unas pesadas. E imaginé un mundo de blandos y de pesadas. Una pesadilla. En vez de "The Walking Dead" (una serie truculenta que sigo sobre un mundo en el que solo quedan 5 o 6 humanos y el resto son hordas de muertos vivientes horrendos), "The Walking Pesadas". No he dormido de la angustia.

PS: La foto: mi amiga Natalia (que no es nada pesada) con los botines de Isabel Marant que os enseñé el otro día. La muy suertuda ya los tiene...

Feliz martes, queridos.

12 comentarios:

  1. Querida, no sé que decir. A parte de 'Caramba', claro, que es una palabra que em encanta y que sirve para casi todo: para cuando algo te preocupa y quieres ganar tiempo; para cuando algo te parece espantoso y no quieres decirlo porque sería como fregarse con el espanto; para cuando te hacen una mala pasada y quieres echarte a llorar pero no hay ningún rincón oscuro a mano; o para. Para, Clara.
    No sé que decir y sólo me viene a la cabeza una frase que odío tanto como me gusta 'Caramba' que es 'T'acompanyo en el sentiment'. Pues sí, es horrible, pero t'acompanyo, noia. Porque esta noche he dormido torcida por otros 'Carambas' pero en este sentiment en el que te acompanyo te digo 'Sí: el mensaje que llega en una frecuencia calladita y blandita (por qué será, Caramba) es que somos un poco pesadas'.
    Has tocado hueso.
    No sé si será por los cuarenta pero, en cualquier caso, más vale mirarlo así: si sientes que uno te siente pesada será que es de brazo blando, así que más vale pedirle los botines a Natalia y echar a andar, o a correr. Con eso matarás dos pájaros de un tiro y harás una buena obra:
    1. te ahorrarás todos los disgustos que te esperan con un tipo (braciblando) que te encuentra pesada: el mundo no es justo y los afectos no son democráticos, visto, oído, entendido, pero una (por más pesada que sea) tiene derecho a 'Move on, baby, move on'.
    2. te sentirás de nuevo ligera (aunque te engañes, claro)
    3. (voy a por la buena obra) harás que el tipo entienda que el feminismo consiste exactamente en lo que dices: en que la mujer puede pagar el café, o no; puede decidir ser pesada, o no; y puede insitir en seguir siendo pesada o puede largarse sin más.
    Caramba, problema resuleto. Es lo que tiene ser pesada, que te vas volviendo práctica (y caritativa).
    Pero has tocado hueso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajajjaja. Clara! Buenísimo. Y estoy totalmente de acuerdo. Otra expresión que odio: "Que aproveche". ¿Qué quiere decir eso? ¿Que no vomites la comida? ¿Que la digieras bien? Es una marranada. ¡Caramba!
      Un beso grande.

      Eliminar
  2. Hola Milena,
    Me ha encantado tu post. Y la palabra "caramba" es muy útil, sirve tanto como sustitución de una palabrota pero quedando bien, como para una situación de alegría.
    Cuando alguien te dice que eres una pesada te esta diciendo de forma velada, que tu le estas pidiendo algo que él/ella no te quiere dar pero no tiene la fuerza para decírtelo claramente. Ya que cuando tu pides (o te piden) y te lo dan (o lo das) no hay margen para la "pesadez". Espero que estés bien y te mando un fuerte abrazo, M.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola M.:
      Muchas gracias. Que conste que a mí nunca me han llamado pesada, solo cosas mucho peores.
      Un beso grande.

      Eliminar
  3. Gran tema ese, el de la pesadez. Para mí lo único que determina si alguien es pesado o deja de serlo es el chillido que puede emitir la báscula, ya por exceso o por defecto, o si, literalmente, se deja caer con exceso sobre mí y mis huesos crujen, porque no nos engañemos, hay caídas que enganchan aunque duelan, y otras que le rompen a uno el espinazo.

    Pelmas, pelmazos…los hay de todos los tamaños y texturas…duros, blandos, blandengues, fláccidos – los calimeros que yo llamo, esos de “hooolaaaaa…quieres jugar conmigo?”. Si es que cuando me meto en un taxi y al de turno le da por querer darme conversación me pongo a hervir como una magefesa de las antiguas…porque llevo el pitorro que si no exploto…algunos de esos SÍ, SÍ, SÍ que son PELMAS.

    O cuando uno va a un cine, el cine está TOTALMENTE VACÍO y llega el o la pelma de turno y SE SIENTA A TU LADO, CON TODO EL CINE VACÍO…no me corto…me levanto discretamente y me voy dos filas más atrás…pero cómo se puede ser tan gregario en una sala gigantesca, vacía, no numerada donde puedes sentarte donde quieras? Dios de dónde han salido?????

    En fin, que si algún pelma consigue colarse en mi círculo, lo estrecho. Y si por un terrible descuido mío se ha metido hasta la cocina, soy capaz de meterme en el microondas y desaparecer del mapa.

    En ascensión vertical en busca del cielo perdido. La insoportable densidad de algunos seres…

    PS: Coincido: nunca entenderé eso de "que aproveche". Una ordinariez revestida de "buena educación"...lo odio...pero cuando me lo dicen emito una mueca de un fingido y prácticamente inaudible "gracias"...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, seguro que nosotros, a veces, también resultamos pesados para los demás...
      Un besote.

      Eliminar
    2. Tu crees? Yo creo que no. En cuanto alguien piensa que soy pesado me esfumo. Para qué hacerle perder el tiempo? Quita quita que en el mundo hay sitio para todos.;)
      Un beso ligero.

      Eliminar
  4. No os habéis convertido, ya lo érais. Lo que pasa es que habéis ampliado las posibilidades de ser pesadas a mundos insólitos como el feminismo y otras veleidades.

    Besos,

    ResponderEliminar
  5. Odio a la gente que disecciona tu carácter delante tuyo y peor aún si encima lo remata con ese comentario general completamente machista y estúpido. Es como si te estuvieran haciendo un favor... ¿Qué cara pone una cuando le empiezan a hacer ese tipo de comentarios? Seguro que el padre de tu amiga es un señor estupendo, pero esa condescendencia... No me gusta.

    Si nosotras a veces, y solo a veces somos pesadas, ellos también.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El padre de mi amiga es un tío estupendo, sí, y que solo intentaba ser amable. Y a mí sí que me gusta que me cuenten cómo soy, si son cosas agradables...
      Conozco a muchas tías pesadas, y a muchos tíos pesados. La pesadez es una plaga.
      Un beso grande.

      Eliminar