martes, 8 de octubre de 2013

Cosas deprimentes que ocurren en otoño


Cosas deprimentes que ocurren en otoño:  

     -Tener que volver a ponerse calcetines y coger la gripe por querer seguir yendo descalza y medio desnuda.

     - Darse cuenta de que ha pasado otro verano y de que nada de lo que promete el verano se cumple nunca -aunque la Navidad es todavía más traicionera-.

     -Tener que forrar los libros del colegio y que queden, un año más, como churros, llenos de burbujas, y que tu hijo te mire con cara de pena y te diga: "No pasa nada, mamá, no te preocupes".

     -Ir a la reunión de padres (algo de por sí ya muy deprimente) y darse cuenta, sentada en los pupitres de los niños, de que nada ha cambiado. Sigue habiendo el grupo de empollonas aplicadas, que lo apuntan todo en un bloc de notas y que preguntan mil bobadas detalles. Sigue habiendo graciosillos -aunque vayan con traje y corbata- que se mueren de risa con la menor tontería (por ejemplo, si suena un móvil, que es algo graciosísimo). Sigue habiendo el grupo de integrados/as, ahora convertidos en parejas perfectas, que acuden juntos a la reunión, que nunca nunca se olvidan del equipo de natación, que siempre siempre le ponen fruta para merendar y cuyo hijo hace 20 extra escolares, entre ellas, chino mandarín y violín. Y tú, que sigues estando en el grupo de los raros (junto a la dominicana, al padre soltero fumador compulsivo, a la lesbiana con el niño adoptado africano, etc).

 Y cosas buenas que ocurren en otoño (y nos os quejéis, me ha costado mucho dar con ellas...):

- Las botas.

- Las bufandas.

- Los higos.

- Las setas.

Me voy a la cama. Despertadme para Fin de Año San Juan, please.

La foto: ideas para pasar el invierno.
Los príncipes Yvonne y Alexander Sayn-Wittgenstein-Sayn en 1955. Foto de la princesa Marianne Sayn-Wittgenstein-Sayn.





19 comentarios:

  1. Brutal descubrir el concepto de los "integrados"/integrado en tu post. Solía utilizarlo a menudo en mi época de universitaria... qué rabia daban los integrados mientras una se desintegraba en plena crisis de la adolescencia de antes (tardía). Realmente, por entonces, nada nos hacía mejores que seguir siendo marginales... eso sí tenía punto.
    Placer leerte!

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    1. Un día, te das cuenta de que lo único que importa es hacer tu vida y que da igual lo que te consideren los demás.
      Un beso.

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  2. Qué bien encontrarte de nuevo, Milena.
    - Tu verano sí que ha dado al menos un fruto importante: ¡has escrito una novela!
    - Y lo de los integrados v. los raros... larga vida a los segundos: en esa crisis tardía de la adolescencia que tan bien dice Moders me hice pasar con éxito por lo primero ("es la única manera de sobrevivir de ahora en adelante", percibí y acaté sin más cuestionar), y la bola de nie...rda que se empezó a formar casi me acaba apisonando.
    Abrazo cálido de otoño,
    Emma
    PS. Me dio ternura, lo de tu hijo.

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    1. Hola Emma:
      Tengo que acabar la novela!!!
      Sí, está mal que lo diga yo, pero tengo dos hijos adorables. Eso lo he hecho bien...
      Un abrazo grande.

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  3. Ay Milena! es bueniiisimo lo de las reuniones del cole! Es que lo clavas! Yo tengo tres cada septiembre desde hace unos cuantos años y siempre es lo mismo. Llegan a preguntar unas cosas que flipas...

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    1. ¿Verdad que sí? El año pasado estuvieron discutiendo 1 hora (60 minutos enteros) sobre lo que los niños tomaban de postre... Y este año, una intentó sacar el tema de la igualdad entre los niños que aprenden inglés y francés y no sé qué, pero gracias a Dios, no prosperó...
      Un beso.

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  4. A veces el otoño se refugia en una paseo por la calle:

    Me detengo de súbito en la acera
    sin recordar el nombre de la calle
    donde perdí la noche con su frío.
    Desangelado el paso continúo
    con la balada triste de trompeta
    que anuncia el Multicines: Hoy estreno.
    Es octubre otra vez. La vida pasa.
    Hiere la luz de los escaparates, triste.
    Los encajes de moda de este otoño
    se visten con tus ojos. Los cristales,
    lunas de transparencia pasajera,
    dejan las maniquíes clausuradas
    en su alma de cartón que también sufre.
    Tiembla en mi voz tu nombre,
    ya recuerdo sonoro, ya silencio.
    Llegamos al portal. Busco las llaves
    mientras pasa el camión de la basura.
    En el tercero izquierda, como siempre,
    nos espera otra noche sin estrellas.


    Un abrazo, Milena.

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  5. Nunca comento, pero me encanta leerte. Un paréntesis en determinados momentos... Gracias!

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  6. Dejé de ir a las reuniones del cole al tercer año. Por lo que me explica mi mujer (que es quien sigue yendo y bien que se lo agradezco) han aparecido una serie de padres ... y madres (perdón, ya me olvidaba) que quieren que nuestros hijos e hijas se introduzcan en la comida ecológica ... es decir, albondigas de garbanzos en lugar de carne una vez por semana. Pues vale.
    Genial el post Milena. El tema da para mucho.

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    1. Jajajajjajajajaj. ¡Albondigas de garbanzos! ¡Mi hijo pequeño se muere! Pues yo, en la próxima reunión, voy a proponer que, a partir de los 8 años, 1 vez a la semana, haya una cata de vinos franceses (o catalanes, si así pasa mejor), para que empiecen a aprender lo que vale la pena de esta vida.
      Un beso.

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  7. Hola Milena,
    pues yo estaría encantadísima de encontrarte en una de esas reuniones de padres!;haría todo lo posible por acercarme y cruzar algunas palabras... O al menos es lo que me imagino cada una de las veces que te leo: tus amigos son inmensamente afortunados!. No estoy de acuerdo con todo lo que opinas (sólo con el 90%), pero siempre me interesa,ça me touche beaucoup.
    Gracias!

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    1. Hola:
      ¡El 90% es muchísimo! De todos modos, el 10% restante suelen ser tonterías y provocaciones... Por favor, si me encuentras en alguna reunión, acércate. Me encantaría. Así, por una vez, no me sentiría tan sola e incómoda... Y soy yo la que tengo una suerte inmensa con mis amigos. Un besazo.

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  8. Si alguna vez acudes a una reunión en Ginebra (Suiza), por favor,hazlo saber en tu blog y ya encontraré yo la manera de acercarme a saludarte!. Un beso

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    1. Jajajjajajajaja. ¡No quiero ni imaginar cómo deben de ser la reuniones de padres en Suiza!
      Un beso.

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  9. Hola.
    No creo que el Otoño sea una estación deprimente; Noviembre sí, porque es un mes lamentable.
    El Otoño es una estación multicolor: el campo se tiñe de rojos intensos, de amarillos refulgentes, de esos ocres inigualables... (he visto fotos).
    Muy por encima del verano con ese verde monocromo y algunas florecillas en los parques. No es deprimente, no.
    Todo comienza en Otoño, el colegio y la primera reunión de padres. Única a la que asisto y porque me parece un momento interesante, como suele suceder con lo sucede una vez al año. De hecho, ya lo describes en el post.

    Para evitar la nausea has de cambiar de actitud proponiendo cosas novedosas, insólitas. Por ejemplo:
    -¿Ha considerado el colegio la posibilidad del internado?
    -¿Se implantarán por fin este año multas económicas por cada suspenso?
    -¿Quedan definitivamente descartados los castigos físicos?
    - Etc.

    Seguro que dejas de tener un papel discreto en la reunión.

    Besos,





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  10. De veras que no lamento que te olvidaras de las maestras, y de lo mal que visten. No se como se pueden enamorar de ellas estos bisoños, mierdosos desarrapaos y malcriados y ponerles motes y estar todo el día hablando de ellas... y olvidarse de nosotras..
    Me voy a abrir una botella de vino ahora mismo....

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