domingo, 18 de septiembre de 2011

Vestirse de concierto

                                        La chaqueta antes del concierto

Los Manel en concierto

                                           Cadaqués después del concierto


Anoche, en Cadaqués, fui a un concierto de los Manel con mis amigas. Carolina, que está a punto de tener un bebé, llevaba un vestido de flores, que se le ha ido quedando estrecho y cortísimo, y un capazo lleno de bocadillos por si le cogía hambre, que cargaban estoicamente (cada uno por un asa) su novio y el mejor amigo del novio (que por alguna extraña razón, estuvo intentando huir de nosotras todo el fin de semana). Teresa se había vestido de safari ("¿Me dijiste que era un concierto en el campo, no?" me espetó cuando le pregunté cuántos leones tenía pensado cazar) y me enseñó muy orgullosa la riñonera de ante (¡¡¡¡¡sí!!!!!!¡¡¡¡riñonera!!!!) que había traído para la ocasión, "es para poder bailar libremente" me dijo. Hacía veinte años que yo no veía una riñonera, y sigo pensando que deben estar en el "Top 10" de los accesorios más horripilantes. (Sí, Teresa, ho sento, no t'enfadis). Yo había decidido ponerme mi chaqueta nueva de cashmere fucsia con estampado de leopardo (según mis amigas, se me distinguía a tres kilómetros a la redonda, lo cual fue muy útil para no perdernos) y mis tejanos favoritos. También había decidido hacer un montón de fotos del evento, una especie de reportaje para el blog. La segunda foto es de los Manel encima del escenario en pleno frenesí, por decirlo de algún modo. Sí, ya, no se les distingue demasiado bien. También intenté hacer una foto de nosotras tres, y tampoco salió del todo bien: Tere y su riñonera no dejaban de moverse, Carolina comía bocatas con frenesí (del de verdad) mientras aplaudía y agitaba los brazos, y yo estaba un poquito estresada pensando que, con tanto movimiento, en cualquier momento saldría disparado un chorro de mostaza o un trozo de salchicha de su bocadillo y, si yo no lograba esquivarlo, aterrizaría en mi chaqueta nueva. Fue un concierto genial. Aunque tal vez hubiese sido mejor ponerse una camiseta negra.  

4 comentarios:

  1. Por favor, por favor, un post urgente sobre los 9 horripilantes accesorios restantes...
    Esa chaqueta, ciertamente, no era - es - para estar rodeada de gente pegando botes, al aire libre, comiendo bocadillos...Demasiado bonita, aunque claro, cuando a uno le gusta una prenda, está deseando ponérsela a la menor oportunidad...recuerdo que en una ocasión, hace muchos años, compré una carísima cazadora de ante en aramis...la llevé a un concierto y cuando llegué a casa vi con horror que el cigarrillo de alguien había besado el ante...desde entonces, siempre, sólo acudo a conciertos con plaza numerada...que si luego quiero dar botes, los doy, pero estando a salvo...

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  2. Si, lo sé, la única razón por la que no huiste a diez kilómetros de mi riñonera es que las entradas del concierto estaban allí. Además, con tu chaqueta semifosforescente la fuga no podía salir bien.

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  3. Hola Gil:
    Sí, haré una entrada sobre accesorios horripilantes...
    En el parking de Port Lligat, donde tuvo lugar el concierto, no había plazas numerados...pero es un sitio genial, me encanta.

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  4. Hola Tere:
    Ja, ja, ja... Tens tota la raó!!!!!!!!!!!!!!
    Mil petons.

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