sábado, 24 de septiembre de 2011

¿Hace falta vestirse de seda?

El otro día, después de beber y cotillear comer y filosofar con mi amiga Elisenda, le propuse que me acompañase a trabajar, o sea, de compras. Desde que tengo un blog, ir de compras, una de las cosas que más me gustan en el mundo, se ha convertido en una obligación ( "lo siento, lo siento, me tengo que ir a tal tienda, me dijeron que esta semana les llegarían unos zapatos que necesito ver, ¡qué pereza!" -mientras por dentro estoy bailando la samba- o "¡Ah sí! Es mono, pero lo he comprado básicamente para sacarlo en el blog" -mientras interiormente me pongo roja como un tomate por ser tan mentirosa-). Pero es que ir de tiendas no es solo ir a ver ropa con la intención de comprarla, es estudiarla, pensarla, ver lo que miran y lo que se prueban las otras chicas, escuchar lo que dicen, ver cómo van vestidas, otear el horizonte, y charlar con mis amigas (algunas de las conversación más iluminadoras de mi vida las he tenido mientras ojeaba ropa al lado de alguna de mis compinches). En fin, entramos en Zara. Cuando he bebido (yo con una copa de vino, empiezo a decir tonterías, con dos, empiezo a hacerlas, y con tres, me empieza a dar vueltas la cabeza y me tengo que ir a la cama) intento no entrar en tiendas caras ya que temo que, llevada por el entusiasmo, acabe comprando alguna locura (tipo un vestido con falda de tutú, un bolso con flecos o unas botas de charol por encima de la rodilla), y más si estoy con una amiga. Pero esta vez, en cuanto entramos, vimos estos maravillosos pantalones de seda. Hay una regla muy fácil para no equivocarse comprando en Zara: comprar las prendas de seda y las prendas de cashmere. Suelen ser las de mejor calidad y diseño. Estos pantalones son geniales, caen perfecto y están hechos en una seda maravillosa. Las mujeres solo deberíamos llevar seda y pieles (dice la pobre loca que solo lleva vaqueros y camisas de hombre). Bueno, me voy a trabajar. ¡Uuuf!
Feliz sábado, queridos.

4 comentarios:

  1. Te acompañé a una tienda y saliste con una vela de Cire Troudon. Te tocará a ti acompañarme a una tienda en un futuro no muy lejano. Primero te tomarás un mojito, como aquella vez. Yo prometo dejar el café y el perrier y tomarme otro, para estar a la altura. Y luego iremos a un lugar donde sólo hay ropa de hombre, así que no caerás en la la tentación - ¿o sí? -.

    Que hace dos días recibí una notificación donde me dicen que me espera un cheque del fondo de garantía salarial...y como eso era dinero perdido, creo que me daré algún capricho - uno solo, que no están los tiempos para bollos, bollitos, ni bollicaos -...

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  2. Gil!!!!!!!!!!!!!!! Sí, sí, sí!!!!!!!!!!!! Super planazo!!!!! Y además justamente necesito otra vela, que se me ha acabado. ¿Next week?
    Besos.

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  3. no conozco a nadie que pueda enfundarse esos pantalirones,.. (perdón), no tengo la suerte de conocer a nadie que pueda enfundarse esos pantalones. Añado, que durante las vacaciones he visto muy poca gente que pudiera enfundarse esos pantalones, debe tratarse de seres especiales que se pueden abarcar con un solo brazo, y no necesitar un a-brazo,

    "..Me quedo unos minutos frente al espejo. Mujer pálida (cada vez más pálida) con la aguja de coser clavada en la oreja... "

    Andaba ya con el mono, ¿Qué me habré perdido de Milena?...por lo que voy leyendo, mucho.
    brazos y abrazoS.

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  4. Oh, Anarkasis! Te he echado mucho de menos. Pensaba que ya no te gustaba el blog!
    ¿Dónde has ido de vacaciones? ¿Al país de los gordetes?
    Yo siempre necesito abrazos.
    Y abrazos.

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