lunes, 7 de septiembre de 2009

La felicidad es una chaqueta.

Supongo que se podría decir que soy un poco adicta a ebay... de acueeeeeeerdo... mucho... según los que me conocen y me quieren bien. Es cierto que entrar en ebay forma parte de mi rutina matinal, como desayunar dos veces, asegurarme de que los niños no vayan al colegio en pijama (o traje de baño o uniforme de jugador del Barça) y pelearme con mi madre (aunque últimamente, como estoy tan ocupada y he madurado mucho, eso sólo lo hago una vez a la semana aprox). En ebay se puede comprar y vender prácticamente de todo (una vez vi un anuncio para vender un fantasma... era inglés, of course) pero yo me dedico únicamente a comprar ropa, y,  ocasionalmente, a venderla (para poder comprar más). Hace unos días, cuando por fin en casa todo estaba más o menos bajo control, me senté al ordenador con mi café con leche del bar de abajo y, como hago cada día, antes de ponerme a trabajar, entré en ebay. Recorrí varias listas (suelo hacer la selección según la marca o el diseñador que ese día me hace ilusión) y de repente la vi: La Chaqueta. Perfecta. Azul. De piel. De Dries (Van Noten). En mi talla. Casi nueva. Baratísima. Me quedé sin aliento, el corazón me empezó a latir más aprisa, se me hizo un nudo en el estómago... Sólo me entenderán los que se hayan enamorado alguna vez. He de decir que creo en el amor a primera vista (de hecho es el único amor en el que creo, aunque como casi todos los demás, parezca destinado al fracaso). Inmediatamente, olvidando la crisis, mis  promesas de ahorro, mi depauperada cuenta, las recomendaciones y advertencias de mi madre, las llamadas de mi banquera y las veinticinco chaquetas que cuelgan de mi armario, hice una oferta. Pequeña. Muy razonable. Hay que tener en cuenta que no tengo ninguna chaqueta de cuero azul verdoso de Dries. Ninguna. En serio. Bueno, mañana sabré si he ganado la subasta. Creo que esta noche no podré dormir de los nervios.

3 comentarios:

  1. Genial! TIenes que enseñarme cómo funciona. XXX,C.I

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  2. He acabado de leer Habíamos ganado la guerra de tu madre. He mirado en Internet a ver si había fotos de sus hijos -no sabía que los tuviera-: quería comprobar por qué a su madre, tu abuela, le habrían satisfecho más los físicos de sus nietos que el de su propia hija. Ahora lo entiendo.Y entiendo mejor la obra de Esther, tan típica de las literatas españolas, casi todas salidas del trauma de unas relacines con la madre tan feroces que devienen en monotemáticas: ellas mismas, con su dolor y su consciencia. Me fascina este mundo de Montses, Lauras y Teresas hechas polvo en sus mansiones modernistas. Creo que me voy a leer tu novela, aunque tú no te leas la mía.

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  3. Hola. ¿Quién eres? Mejor Milena que Montse, Laura o Teresa. ¿No? Mi abuela era estupenda. Pero creo que las relaciones madre-hija son las más complicadas de todas. Un abrazo,
    Milena

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