domingo, 12 de junio de 2011

¿Qué pasa cuando bajamos la guardia?

El otro día me compré un libro maravilloso de Avedon en Amazon. Yo creo que todos tenemos una o dos fotos en la vida en las que somos realmente nosotros, puede ser una foto de cuando éramos niños, o una foto más tardía, pero siempre es una foto que capta un instante en el que bajamos la guardia. Bajar la guardia, dejar las armas, dejar que alguien entre, dejar de hacer teatro y que alguien haga "clic" justamente en ese instante. En el libro sale este increíble retrato de Marilyn que yo ya conocía (y que creo que dice mucho más que todas las biografías que se han escrito sobre ella), y al lado hay una pequeña explicación del fotógrafo: "Pasó horas bailando y cantando y flirteando y haciendo de Marilyn. Y luego llegó el inevitable bajón. Y al final de la noche, se sentó en un rincón como una niña, todo el mundo se había ido. La vi sentada en silencio sin ninguna expresión en el rostro, entonces me acerqué a ella, pero no quería fotografiarla sin que ella lo supiera. Y al verme con la cámara, vi que no decía que no." Y entonces Avedon sacó esta fotografía. Todos deberíamos tener al menos una foto así, para que nuestros nietos y bisnietos sepan cómo fuimos, y para que lo recordemos nosotros mismos cuando lo olvidamos. Yo la tengo. Esta es una foto que me hicieron hace cuatro años menos ocho días, en el hospital, unas horas antes de que naciese mi hijo Héctor.
Feliz semana, queridos.
 

3 comentarios:

  1. No hay belleza en una habitación de hospital. No puede haberla. O al menos eso creía hasta hoy. No hace falta decir más.

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  2. Superada la primera impresión que me dejó casi mudo, ahora sí. Ahora entro como entro casi siempre, paseando por la estancia y saliendo por la puerta trasera, como en un museo.

    Porque siempre que veo imágenes así recuerdo lo que siempre recuerdo: las líneas que escribió Kundera en "La Inmortalidad", que colgué en una entrada mía un día ( http://gilfadjua.blogspot.com/2008/02/el-encanto-del-gesto.html ). Pocas veces se ha descrito en qué consiste "el encanto del gesto" con tanta brillantez. La fugacidad, la chispa, el recuerdo, algo así como "¿qué pasa cuando bajamos la guardia?".

    En tu caso cuando bajas la guardia viajas. Me da la impresión de que vienes desde muy lejos porque la expresión de tu cara en esa cama es tan renacentista... Creo que el genial Leonardo inventó una máquina del tiempo que permanece escondida a salvo de las manos humanas, que se subió a ella y viajó hasta ese día en la habitación de ese hospital para tomar el retrato de tu expresión, casi dormida, dibujando los trazos de tu cara para llevarte con él al pasado, fundiéndolo con el presente.

    Colgaré ese dibujo de Da Vinci en mi face con esa entrada tuya. Tener una foto así es un milagro. Por lo que muestra, por lo que signifca, por lo que fue y sigue siendo.

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  3. Querido Gil:
    Gracias.
    Leonardo es uno de mis pintores favoritos. Me ha hecho mucha ilusión.
    Besos.

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