jueves, 26 de mayo de 2011

Los colores interiores

Tengo una pequeña obsesión con la ropa interior de color. Mientras más vivo sea el color, más me gusta, todos los colores que son tendencia esta temporada me gustan, pero para llevar dentro, no fuera: el fucsia, el azul eléctrico, el lila, el verde esmeralda, el amarillo, bueno no, el amarillo no (el amarillo es un color asesino, solo funciona en las flores, nunca en la ropa). Las "reglas" de elegancia no se aplican literalmente a la ropa interior, del mismo modo que las "reglas" de educación no se aplican literalmente al sexo. En ambos ámbitos hay un elemento de juego que permite tomarse ciertas licencias. O al menos eso creo yo. Mi amiga Janina tiene una tienda de lencería genial en Rambla Cataluña a la que voy cuando tengo ganas de soñar un poco y de tocar cosas suaves y cosquilleantes. Tiene ropa interior de todos los colores: blanca, negra, color carne (ese color horripilante del cual ya he hablado, Janina lo llama "el color disuasorio") y muchos otros de los que sí alegran la vida. No es lo mismo llevar una camiseta negra con un sujetador negro debajo que con un sujetador fucsia, el "ambiente" es otro. No es en absoluto lo mismo llevar unas braguitas de Petit Bateau que unas braguitas de encaje, no es lo mismo para una misma, a los tíos en el fondo creo que les da bastante igual, lo consideran un envoltorio y punto. Los únicos fetichistas que interesan son los fetichistas de lo que hay dentro de la ropa y de la cabeza. Anyway, estaba yo esta mañana en Janina (que ya hemos quedado que para mí es más o menos como Tiffanys para Audrey) cuando de repente he visto el sujetador de encaje azul de la foto (solo he fotografiado un detalle porque justo en el momento en que estaba haciendo la foto me ha llamado un ex y me ha dicho que publicar fotos de mi ropa interior en el blog no es nada "ladylike", bueno...). Mi tono favorito de azul, un encaje delicadísimo, el último de la tienda, mi talla, no me he podido resistir, claro. Así que voy a pasar un mes más comiendo espaguetis...menos mal que hago bastante yoga.
Feliz jueves, queridos.

9 comentarios:

  1. Estoy contigo Mile,la ropa interior nos importa mas a nosotras.Me fui a París cargada de ella y arruinada antes de llegar y creo que me la quitaba mas rápido de lo que podía verla.
    Desde cuando hacemos caso tu y yo a los ex!!!???
    Con ganas de verte y mucho por contarte!!!Besooos.Carolina.

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  2. ¿Y por qué la ropa interior de color carne te parece "horripilante"? Nada más sensual, creo yo, más natural...

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  3. Hola Carolina:
    Yo hago bastante caso a mis ex...

    Hola anónimo:
    Si encuentras a un solo hombre al que le parezca sexy el color carne, te invito a comer.

    Besos.

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  4. Veo el detalle de ese sujetador de encaje azul en la imagen robada de un escaparate y me da ganas de entrar en la tienda y preguntar por ella. Inútil pretensión, te llevaste las tres cosas: la imagen, la prenda y el detalle.

    Es una lástima que mucha gente no sepa apreciar la importancia de los envoltorios. Los que son al uso, de batalla - en ellos incluyo ese horrendo "color carne" o el espantoso color verde del papel de regalo made in el corte inglés - no esconden otra cosa que el aburrimiento, la premura, el mal gusto y la falta de imaginación.

    Nunca entenderé ese color carne en la ropa interior femenina. Seguro que se le ocurrió a un hombre. Y esa denominación de "color carne" (pero ¿de qué carne hablan?¿de la de pollo?) seguro que también.

    Contrastes iniciales de elementos que se fusionan y que ofrecen esa extraña alquimia para crear de dos algo nuevo.

    Como un perfume sobre la piel que deja de ser un aroma para devenir su olor.

    Como la tinta azul de una pluma que deja sobre el papel de color marfil el trazo de mi letra.

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  5. ¿Y si en lugar de llamarlo "color carne" lo llamamos "maquillaje" o "nude"? Entonces es más bonito... La verdad es que yo conozco a varios hombres, nada aburridos, por cierto, locos por la ropa interior de color carne, muy pálida, delicadísima, que casi se confunde con la piel desnuda que implora ser desnudada...

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  6. La piel desnuda no necesita camuflaje. Necesita color...necesita contraste...aunque para gustos los colores, aunque sea color carne ;)

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  7. Nos gustan las manzanas color verde brillante, las cerezas muy rojas y elegimos los colores que nos parecen jugosos o golosinas maravillosas...piruletas azúles o caramelos violetas. Y porque no en la piel? Que más dan las opiniones de los ex, los amantes o maridos, preguntale a tus retinas cuando ven tu reflejo en el espejo y disfruta ese interior coloreado. Para las que comen más que espaguettis o menos que un pajarito recomiendo disfrutar en los provadores de ropa íntima. Gustarse es un pasito grande para ser feliz. Me encanta tu blog Milena.

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  8. Hola Gil:
    La foto está tomada en mi casa, en la silla en la que me siento cada mañana a trabajar, no es el escaparate de la tienda, te aseguro que mi diminuto piso se parece a cualquier cosa menos a un escaparate...

    Hola anónimo: el color maquillaje o nude vira a rosa, el color carne vira a beige, o sea, a marrón. En eso radica toda la diferencia. Nunca hubiese pensado que el color carne le podía gustar a algún hombre, es una especie de perversión también, ¿no? Bueno...

    Hola Mariona: "disfrutar de los probadores de ropa íntima": qué gran idea. Y muchas gracias por tu palabras. ¿Eres mi vecina de cuando éramos pequeñas en Bonanova?

    Besos.

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  9. Vaya...en cualquier caso me gusta la foto, la silla de mimbre, me gusta su color y el contraste que produce el encaje azul...y hablando de espacios en realidad somos como escaparates móviles, o sea que cuando vamos de paseo marcamos la verdadera dimensión de nuestro showroom personal. Al fin y al cabo paseamos la ropa más allá de las dimintuas estancias que nos cobijan (el otro día estuve cenando en casa de una amiga que tiene un torre gigantesca, muy fad de diseño, preciosa, de líneas rectas, armónicas, repleta de estancias: al principio envidié su espacio, pero luego valoré la falta de intimidad que implica tener a alguien de servicio permanente, la limpieza, la logística y los cacos, o sea que me quedo con mi pequeño nido de amor matrimoniado insistiendo en que me invite a cenar todas las veces que quiera, que yo encantado ).
    Y siempre he creído que estar en los armarios no es nada saludable, aunque sea un lugar de reposo, de reflexión y de temporada para algodones, sedas, hilos, pieles, almas y personas. ;-)

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